la noche se había quedado para siempre
la lluvia la acompañaba cómplice y celosa
el sueño me llenaba de arena los ojos
y tú tocabas suavecito la puerta...
para que nadie escuche, sólo yo
apenas hacías ruido al subir las escaleras
apenas rozabas las paredes con tus alas de angel furtivo
y un beso largo sellaba el camino largo y tortuoso
que te llevaba una y otra vez a mi cama
como regalo de la luna nueva
Monday, February 19, 2007
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