Imagino que tu tiempo no corre igual que el mío
De otra forma no me explico tanto silencio
Un día, un mes, un año, un siglo
Cuánto falta para que despiertes del letargo
O ya las sombras se tragaron tus relojes
Y la penumbra oxidó tus clavijas
¿Qué haces con tu tiempo?
No me explico esa distancia que enarbolas
Que te transforma en exterminio
Te deja convertido en los restos de un naufragio
Te pisotea entre las hojas secas de un otoño interminable
Finalmente, ¿existes?
O fuiste la pesadilla que inventaron mis pecados
Buscando cobrarse la última venganza
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
la noche está estrellada y no estamos contigo, el viento de la noche se desaparrama y gime, gime, gime. en noches como éstas estuvimos tomándonos un bajativo y bajamos, bajamos, hata el fondo de la mesa donde se acumulan las miguitas de pan, de queso del sur y donde nos encontramos para hacernos una seña de cómplices de amiga. parecen distintas las noches chilotas de las del centro, este centro, el centro del país, coronel o san pedro de la pazzzzzz, pero no lo son tanto. oye chilota, juerza, juerza, juerza, chavela, lojuimos pal lao, lmv, pc, ph
querida marcelita
cuando las heridas sangran hasta dejarnos blancas,no hay nada mejor que un lapiz o un teclado para sacar afuera la rabia y la desesperanza..entoces,ocurre un conjuro magico y la herida,lentamente,empieza a sanarse
con carino graaande desde el otro lado del charco
bea
Post a Comment